Tres Cantos

martes, 30 de abril de 2013

DIARIO IMAGINARIO DE UN GERENTE IMAGINARIO


Diario imaginario de un gerente imaginario

¡Querido diario!

Hoy, soy feliz, es admirable todo lo que he logrado…

Amparándome en mi incompetencia he conseguido lo que parecía imposible, he conseguido que “mis héroes” aquellas empresas a las que tanto admiro, es decir, aquéllas que se reparten el pastel o, mejor dicho, lo que queda de éste, ya que “mis héroes”  llevan mucho tiempo comiéndose a este país que tanto quiero, y del que ya no queda mucho, apenas las migajas,  puedan nuevamente reírse a carcajadas. Bien me voy a explicar:

Desde siempre ha existido la vejez, la invalidez, la enfermedad,  etc…, es lamentable, pero es así.  Pues bien, estas situaciones irrevocablemente unidas al ser humano han sido siempre invisibles para los ojos de monarcas, nobles y hasta hace poco para el capitalismo desbocado, así como para aquellas empresas que lo representan y cuyo único fin era obtener dinero, no importaba cómo,  ni con qué, sólo importaban sus beneficios…
 
¿Consecuencias?  ¿A quién le importa?;  ¿Que hacemos una burbuja inmobiliaria? Bueno…  ¿Y qué?  Más beneficios. Y la historia sigue y sigue hasta llegar a nuestros días y a este país maravilloso adornado con 6 millones de parados con un futuro tan brillante que,  para no quedar deslumbrados, nuestros jóvenes  tienen que abandonar buscando trabajo, “lanzándose a la aventura a otros países” (según dice este gobierno).

Con unos políticos tan  altamente cualificados que no dudan en subirse los sueldos al mismo tiempo que se lo recortan al resto de los españolitos, y es que no nos engañemos “son todos unos incompetentes”  todos salvo, claro está, esta clase privilegiada que se niega a sufrir las consecuencias de sus propios errores, que para eso ya está el pueblo.

Vaya, ya me pasa lo de siempre me voy por las ramas, volveré a centrarme…

¡Querido diario!

He conseguido que “mis héroes”  es decir esas mismas empresas que se forraron con el ladrillo y que ahora han puesto sus ojos en la sanidad, la dependencia, la educación, etc…  y que confabulados con ciertos políticos (Dios los guarde) van a demostrar a este país de inútiles cómo cobrando el doble al estado y pagando la mitad a sus trabajadores las arcas del estado ahorrarán en gastos superfluos (no olvidemos que lo único no superfluo son los beneficios de estas empresas)…

Nada que me vuelvo a descentrar,… es que los admiro tanto... Volveré a centrarme…

¡Querido diario!

Como “mis héroes” ya no pueden sacar más dinero del ladrillo, a la única clase intelectual que queda en este país y  la única que se merece un sueldo digno se les ha ocurrido que una buena  forma de superar  la crisis  es repartir entre estas empresas los servicios de sanidad, educación, atención socio-sanitaria, etc…  que venían realizando (de forma tan incompetente) ayuntamientos y comunidades autónomas.

¡SÍ!  he dicho incompetentes , si no ¿cómo se explica que cobrando al estado la mitad que estas empresas supongan un mayor gasto para las arcas? ¡Es que hay que ser inútil!

Bueno, pues  algunas malas personas de este país (sindicalistas, políticos con conciencia, y otros negociadores de mala fe) obligaron a “mis héroes” (concretamente a las empresas a las que entregarían la gestión de  la dependencia) a  que firmaran un compromiso inaceptable, y es que (a cambio de entregarles un negocio ya en marcha y con beneficios asegurados) deberían subrogar a l@s trabajadores/as que realizaban este servicio, y no sólo eso, tuvieron que firmar algo todavía más humillante ¡que debían respetar sus convenios laborales al menos durante la vigencia del mismo!  Es que no hay derecho.

¡Pues bien!  Yo, que soy el gerente de la  empresa responsable de dar estos servicios en  mi ayuntamiento,   he tenido que negociar la entrega de los servicios de atención al dependiente. Y es aquí,  en estas negociaciones, y gracias a mis grandes dotes negociadoras y a mi carácter dialogante, donde he conseguido lo imposible.

Como es lógico la empresa que se hará cargo de este servicio,  viene dispuesta a quedarse con todo lo bueno que éste tiene, pero  como es igualmente lógico, no le gusta tener que aceptar ninguna de las condiciones que tuvieron que firmar.

Tras presentarles: un listado de dependientes/clientes, el número de horas que tenían que prestar de asistencia, la relación del personal  laboral al que tenían que subrogar (X trabajadoras) y el convenio que tenían que respetar durante dos años, esta empresa contestó que no estaba dispuesta a aceptar este convenio. Lo que imagino que habrá dicho igualmente a otros ayuntamientos, pero claro, otros ayuntamientos le habrán contestado que si quieren quedarse con el pastel que se les está regalando, deben aceptar estas condiciones, y que si no las aceptan, que el servicio se le dará a otra empresa dispuesta a aceptarlo.

Pero no, ¿Cómo iba yo a pedir lo que era justo? ¿Cómo iba yo a dar la cara por mis trabajadores? ¿Cómo iba yo a hacer que este tipo de empresa a la que tanto admiro sucumbiera a esa demanda caprichosa (hecha por políticos y sindicalistas mal-pensantes) que sólo piensan en defender unos puestos de trabajo y (lo que es peor) un convenio que permite algo de dignidad en el trabajo.

¡No! Lo que yo he hecho no se le ocurriría ni al mismísimo Salomón, he optado por la solución más inteligente: he despedido a las  trabajadoras.

Esta gestión tan brillante permitirá que esa empresa pueda heredar el negocio sin tener que hacer nada, y las negociaciones que firmaron se las llevó el humo, de esta forma  las cosas serán como deben ser: los ricos cada vez más ricos y a los pobres que les den.

Todo esto sin ningún coste adicional, ya que un puñado de parados más en España no se notan,  y como a mí no me afecta,  ya que para esas cosas yo no tengo conciencia,  el dinero que tendrá que pagar el ayuntamiento por estos despidos improcedentes que tan hábilmente me he sacado de la manga, a mí no me afecta, pues como todos saben, aquí no se piden responsabilidades y, si alguien lo hace, ya miraremos para otro lado.

Bueno querido diario, debo confesar un pecadillo…

Y es que he aprovechado para echar disimuladamente  a aquellas trabajadoras que se habían percatado de sus  derechos  y tenían la desvergüenza de reclamarlos judicialmente  (ya que como todos saben aunque digo de boquilla que estoy dispuesto a escuchar a mis trabajadores, la verdad es que no les hago ni puto caso),  y si los de arriba no miran ni me molesto en disimularlo.

¡Querido diario!

Ahora tengo sueño, y como tengo la conciencia muy tranquila me voy a dormir, y lo haré  dulcemente,  soñando con  mi nuevo plus, que con tanto esfuerzo y tan justamente he conseguido, el mismo año que estoy recortando, de forma tan productiva,  al resto de mis trabajadores.




2 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues... para ser imaginario me recuerda mucho a alguien...

Anónimo dijo...

Me solidarizo plenamente con las nueve compañeras trabajadoras del SAD despedidas y desde aquí les ofrezco mi ayuda y colaboración para emprender cuantas acciones legales sean necesarias para hundir a la directiva de la EMS. Interesadas/os, pónganse en contacto conmigo en mi email particular: ciasgenta@gmail.com.

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