VACACIONES

Las vacaciones anuales son un derecho fundamental del trabajador, recogido en la Constitución y en el resto de normas que la desarrollan.
La Dirección de la Empresa o sus órganos colegiados no pueden decidir unilateralmente el periodo de vacaciones, existen una serie de requisitos, fundamentalmente cumplir las leyes: el Convenio Colectivo, el Estatuto de los Trabajadores y demás fuentes de derecho que contemplen este periodo de descanso anual.
El método más consensuado y que evita la mayoría de los conflictos es el diálogo y los acuerdos, que curiosamente es la base de toda la normativa en materia de vacaciones, así, dependiendo del servicio y de las características de los puestos de trabajo se llega, creemos, sin mucha dificultad, a desarrollar un calendario de vacaciones que no perjudique ni a los trabajadores ni al servicio que prestan.

En nuestra empresa, la EMS, hasta este año, los conflictos de vacaciones habían sido puntuales, y en la mayoría de los casos se llegaba a un acuerdo, atendiendo a las circunstancias de los casos: periodo de cierre del servicio o de instalaciones, coincidencia de dos o más trabajadores en la misma fecha, necesidades excepcionales, etc., pero, de repente y atendiendo a la huida hacía adelante de esta Dirección, donde predomina más el ordeno y mando que un criterio racional de organización ,se inventan unas formas de imponer las cosas, en este caso y en otros, que hacen chirriar las más elementales normas laborales, y eso que cada vez disponen de mecanismos más restrictivos contra los trabajadores.

Al final sólo, y lamentablemente, queda el recurso de los juzgados, con la pérdida de tiempo y dinero que supone, en estos tiempos de austeridad (para algunos) que preconizan, donde los trabajadores, uno por uno, concilian sus demandas ante la evidencia del despropósito de la Dirección o quién sea que haya pensado esa brillante modalidad de imposición.

Cabe destacar que dicha imposición de vacaciones no es igualitaria, no es para todos los trabajadores, aplicando unos criterios que nos hace pensar si existe una aviesa ocurrencia o se esconde algo más, detrás de lo que ellos denominan "motivos organizativos".

Nuestra conclusión es que aplicando el Convenio, demás normativa y llegando a acuerdos todo iría mucho mejor y no estaríamos en el conflicto permanente desde que aterrizó la Gerencia actual, que cuanto más cobran más alejados de la realidad están.