Durante los últimos años estamos asistiendo a un incremento de la pobreza y la precariedad. La crisis ha servido de excusa para poner en marcha políticas reaccionarias que han extremado la desigualdad y la discriminación. La brecha de género, que mide la diferencia en la participación en la economía, la política, la educación y la esperanza de vida, aumenta cada año. Si España ocupaba la décima posición en 2007, en 2016 ha descendido hasta ocupar el puesto 29.
Menos y peor empleo
Sí, porque las mujeres tienen más años de educación formal que los hombres y mejores calificaciones, pero menos empleo. La mayoría de las mujeres son asalariadas, sólo hay un 3,3% de empleadoras y un 8,6% de autónomas, pero aunque la mayoría son asalariadas, la tasa de empleo femenino es 11 puntos menor a la masculina y en cambio la de paro sigue siendo mayor. Al final de 2015 había 2.219.000 desempleadas registradas, frente a 1.875.000 varones, y además éstas tenían una cobertura menor. Se habla de recuperación del empleo, pero no se menciona como mes tras mes el paro femenino sigue aumentando. También lo hace la proporción de mujeres que se desaniman y dejan de buscar empleo. Se puede decir que el desempleo tiene nombre de mujer.A todo esto se suma la precariedad laboral del empleo femenino. La mitad del empleo femenino se realiza en sólo 10 ocupaciones del casi centenar que comprende la clasificación vigente. La tasa de temporalidad de las mujeres es del 25,8% y el tiempo parcial es el rasgo más característico del empleo femenino.
Sin olvidar que sigue aumentando la brecha salarial y actualmente el salario medio de las mujeres tendría que incrementarse un 30% para igualarse al de los hombres, además de la importancia que tendrá la brecha digital en esta etapa de digitalización, ya que como consecuencia del déficit que se mantiene todavía en el acceso de las mujeres al estudio de carreras técnicas universitarias, la brecha digital puede ser una nueva forma de desigualdad más entre hombres y mujeres.
Más trabajo y menor consideración
Pero que las mujeres tengan menos trabajo y peores empleos no implica que no tengan trabajo. En España la familia es un elemento destacado en el despliegue de los roles atribuidos socialmente a las mujeres y el modelo familiarista imperante les reserva un papel central en ese entorno. Esta circunstancia hace que el Estado descargue su responsabilidad de cuidado y atención en manos de las familias dentro de las cuales se sigue responsabilizando a las mujeres. La crisis y la aplicación de las políticas de austeridad que han disminuido el Estado de bienestar han dejado la atención en manos de las familias y con ello ha aumentado aún más el trabajo no remunerado de las mujeres en los hogares.
La falta de financiación de las políticas de igualdad y contra la violencia de género seguidas por el Gobierno del PP tiene una gran responsabilidad. España ocupaba el puesto número 10 en el índice de igualdad de género en 2007 y en este momento ha caído hasta la posición 29.
Ahora… ¡Es el tiempo de las mujeres!
Las grandes movilizaciones de mujeres ya comenzaron en 2014 en Europa, con grandes manifestaciones contra la ley del aborto de Gallardón, ahora colectivos como la Plataforma feminista 7N en España, Ni una menos en Latinoamérica o la Women's March estadounidense lideran una nueva era en la protesta feminista contra la violencia de género y contra las políticas misóginas y homófobas del nuevo presidente americano, que este año se van a concretar en una acción global, el “Paro Internacional de Mujeres” en el Día Internacional de las Mujeres. A esta protesta ya se han sumado más de 30 países de todo el mundo con distintas iniciativas en cada uno de ellos. En España, la Plataforma 7N, de la que CCOO forma parte junto a otras organizaciones, también están llamando a secundar esta iniciativa.
En FSC-CCOO hemos elaborado una declaración para que los comités de empresa, secciones sindicales, juntas de personal, etc., la discutan y se hagan pronunciamientos contra la discriminación, contra la violencia de género, exigiendo un Pacto de Estado ¡YA! y la debida atención a las y los menores víctimas de esta violencia.
Los últimos tiempos se están salpicando de la reivindicación del valor del trabajo de las mujeres en todos los espacios. La lucha de la Asociación de Mujeres Estibadoras del Puerto de Algeciras para conseguir que en ese y otros puertos las mujeres puedan acceder en igualdad de condiciones a dicha categoría profesional y esta situación de discriminación sexista desaparezca; o la última gala de los Premios Goya, que pasará a la historia por la reivindicación de la igualdad en este ámbito. Las pioneras del deporte están consiguiendo ganar la batalla a la historia, las investigadoras denuncian el que la igualdad de género en la Ciencia avanza en España a paso de tortuga y organizaron una acción global el 11 de febrero para romper las barreras que las mujeres viven en el ámbito de la investigación, entre otros ejemplos.
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