Sabemos cuáles son los problemas y conocemos
muchas de las causas estructurales que generan desigualdades; pero también
sabemos que existen soluciones reales y factibles. Por ejemplo, una fiscalidad
justa y equitativa, con un sistema tributario y un gasto público que
redistribuyan la riqueza y combatan las desigualdades; los Estados deben
cumplir con el compromiso de lograr el 0,7% de la Renta Nacional
Bruta (RNB) para dedicarla a un nuevo modelo de desarrollo; es necesario
implantar ya el Impuesto sobre Transacciones Financieras y erradicar los
paraísos fiscales. Asimismo se debe combatir el Tratado Transatlántico de
Inversiones entre Estados Unidos y la Unión Europea que se está elaborando a espaldas
de la ciudadanía.
Finalmente
el gobierno español y los gobiernos autonómicos y locales han de cumplir con
sus obligaciones en materia de derechos humanos, sin olvidarse de que éstos son
civiles, políticos, económicos, sociales, culturales, laborales,
medioambientales, de género, y que conllevan obligaciones aquí y más allá de
sus propias fronteras.
En definitiva, cambiar LA RIQUEZA QUE EMPOBRECE POR LA OTRA RIQUEZA DE LA COLABORACIÓN ,
PARTICIPACIÓN Y CREATIVIDAD QUE NOS PROCURA UNA VIDA DIGNA DE SER VIVIDA POR
TODAS LAS PERSONAS.
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