La discriminación en el trabajo pone en peligro la salud y seguridad de todas las personas trabajadoras. En la Europa de los últimos años, tras la crisis económica, asistimos a un panorama de recortes y pérdidas de derechos que, unido a fenómenos como el avance electoral de la ultraderecha o el Brexit, constituye un terreno abonado en el que germinan con éxito las proclamas xenófobas, racistas y machistas que dividen a la clase trabajadora según su nacionalidad, creencia, género, edad u orientación sexual.
La desesperación en la búsqueda de un empleo o el miedo a perderlo desvía la atención de las condiciones de trabajo y allana el camino para las desigualdades. La imposición de unas condiciones de trabajo más desfavorables para un colectivo concreto no sólo es una injusticia, sino que constituye un precedente que finalmente termina por extenderse al resto de las personas trabajadoras. Y cuando la pérdida de derechos afecta a la protección de la salud y seguridad en el trabajo se convierte en un riesgo para la salud de todas las personas.
En el ámbito laboral, la precariedad es la manera más habitual de discriminar. La precariedad se ha convertido en el modelo principal de inserción al empleo, en la que personas de diferentes colectivos se han visto con la obligación de pasar por su filtro y son las que mantienen peores condiciones, y por tanto, las que tienen mayores riesgos de sufrir daños derivados del trabajo, sean accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. Mujeres, migrantes, jóvenes son las personas más vulnerables y con mayor discriminación a la hora de acceder a un puesto de trabajo, abocándoles a ocupar aquellos trabajos que acumulan mayores tasas de temporalidad y parcialidad, a su vez relacionados con mayores índices de siniestralidad.
CCOO celebra una asamblea, el 28 de abril, a las 10:00 horas, en el Auditorio Marcelino Camacho, en Madrid c/ Lope de Vega, 40, por el día Internacional de la Salud en el Trabajo bajo el lema "La discriminación en el trabajo pone en peligro la salud y seguridad de todas las personas trabajadoras". Al finalizar la asamblea iremos hasta el Paseo del Prado (junto a la estatua de Velázquez) donde haremos una concentración y una ofrenda floral en recuerdo de las personas fallecidas en 2016.
Como cada año, el 28 de abril queremos recordar a todas y cada una de las personas trabajadoras que han perdido su salud y su vida como consecuencia de las condiciones en las que realizan su trabajo, pero también queremos reafirmar nuestro compromiso con la defensa y protección de la salud en el trabajo y en la lucha por unas condiciones de trabajo dignas, seguras y saludables. Queremos especialmente recordar que quien sufre y muere en el trabajo no es fruto de la casualidad sino que es una consecuencia directa de las políticas aplicadas que generan precariedad, pérdida de derechos y desigualdades en el trabajo y en la salud.
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